domingo, 27 de abril de 2014

REFLEXIÓN GRUPAL SOBRE LA LOMCE



En general, la ley LOMCE de Wert la consideramos una pérdida de tiempo, una herramienta para hundir, aún más, la educación.

Esta crítica nace de algunas de las ideas del ministro de educación, como por ejemplo,  las pruebas de evaluación final para obtener el título de Graduado en ESO y el título de Bachiller o las pruebas de fin de Sexto de Primaria. Supuestamente, fueron creadas para alcanzar un nivel de aprendizaje adecuado… pero, lo que nosotras nos preguntamos es que se supone que los cursos se han ido aprobando porque el alumno lo ha superado adecuadamente y ha conseguido las competencias o destrezas que se requería conseguir para tal curso, por lo que, ¿para qué una prueba final que elija si el alumno obtiene el título de Graduado en ESO o el título de Bachiller? 
Personalmente creemos que esa decisión demuestra una cierta desconfianza hacia el criterio de los docentes. Además, al decidir que se hagan esas pruebas, no se han parado a pensar que pocos son los alumnos de quince años que saben qué hacer con su vida y qué camino coger, o tampoco han tenido en cuenta a la diversidad de alumnado que hay, las diferentes situaciones de esos niños, lo que podría repercutir a la hora de la realización de esas reválidas, y lo cual a sus calificaciones.  Por lo tanto, un alumno de esa edad que aún no ha alcanzado un nivel de madurez suficiente como para plantearse la situación de presentarse a una prueba de acceso, la cual, si suspende porque no ha terminado de distinguir cuáles son sus prioridades en su corta vida de quince años  y no ha estudiado lo suficiente como para superar la prueba, a la edad de 15 años (algunos más, otros menos), dejará de formar parte del sistema educativo de su país. O, respecto a las reválidas de sexto de primaria, o a la nueva agrupación de asignaturas en la primaria, lo que pretenden es segregar a los alumnos desde sexto de Primaria determinando las posibilidades académicas de cada alumno. 


Hoy en día conocemos personas que han llegado lejos, como es el caso de un profesor de instituto a la vez que es economista. Pues, en su caso repitió segundo de bachillerato y cuarto de la ESO. Pero hoy en día, puede decir con la cabeza bien alta hasta dónde ha llegado, y defiende que la maduración es la clave para saber qué hacer con nuestras vidas y qué camino seguir. Algo que Wert no ha tenido muy en cuenta.

Otra cosa relacionado con la madurez, que el ministro Wert no ha tenido para nada en cuenta, es la clasificación igualitaria que ha realizado para la primaria, secundaria y bachillerato. Su clasificación ha sido “agrupar las asignaturas en tres bloques, de asignaturas troncales, de asignaturas específicas y de asignaturas de libre configuración autonómica, sobre los que las Administraciones educativas y los centros docentes decidirán” sobre qué asignaturas se impartirán de ellas.  Y ahora nos preguntamos, ¿cómo unos niños de seis a doce años van a tener claro qué asignaturas específicas les conviene o qué asignaturas elegir? ¿no elegirán sus padres por ellos en la mayoría de casos..?

A parte, ¿cómo han podido darle más horas semanales a la asignatura de Religión y poner  como una asignatura de libre configuración autonómica a la Educación Artística, a una segunda lengua extranjera, etc? Ya puestos a poner asignaturas de libre configuración ¿no debería formar parte de ellas la Religión...? Ahí queda la cosa.  El hecho de proponer la Educación Artística, en la Educación Primaria, como optativa no creemos que sea una elección objetiva. Tampoco nos oponemos puesto que vivimos en democracia y cada uno es digno de elegir lo que quiere hacer o lo que le conviene para su futuro, pero seguimos compartiendo que es difícil que los niños sepan hacer esa distinción, más bien serían los padres quienes elegirían los “complementos” de la educación de su hijo/a. Pero, si se elige ponerla como optativa y decidir cuál es “más importante” o “menos importante” para la educación de los niños, que se elijan de forma coherente, y no darle más importancia a una asignatura de Religión, y ponerla a igualdad de condiciones. 

Respecto a la Educación Artística, no nos podemos imaginar el beneficio que brinda el arte a los niños de temprana edad. Miles de estudios lo demuestran, la gran estimulación que les ofrece, las ventajas que conlleva. Y no hay más que observar a un niño que practica actividades artísticas (bien sea música, pintura, teatro, baile…) a un niño que no las realiza. Quizás en lo que más afecten estas actividades sean en la forma de desenvolverse. Está demostrado que un niño que sí tiene contacto con estas actividades se desenvuelve en sociedad y con las personas que la componen de manera más natural y con más seguridad que un niño que no las ha experimentado. Entonces, si es cien por cien beneficiarias, tanto en el desarrollo sensorial, motriz, intelectual, auditivo y del habla, ¿por qué pasa a un segundo plano optativo? ¿Es más importante saber cómo realiza la fotosíntesis una planta que saber desenvolverse en el propio medio?
 
Por otro lado, uno de los temas en el que no estamos de acuerdo con este proyecto de ley, es que se le de apoyo a los colegios que segregan a alumnos por sexos, y se les dé subvenciones, ya que pensamos que estando en el Siglo XXI, no vemos qué beneficio tiene segregar a los alumnos por sexos, sino al contrario.

También estamos en contra, de que se le dé más importancia a las calificaciones de los alumnos, a una simple nota, que se les identifiquen y diferencien a los alumnos mediante números, y no se tengan en cuenta realmente los diferentes contextos socioculturales, situaciones, recursos disponibles, esfuerzos escolares de los alumnos que no siempre llegan a tener una buena calificación, personalidades diversas, etc. Luego, la ley Wert pretende publicar los resultados de calificaciones de las pruebas finales de los diferentes centros, por lo que no vemos que sea necesario ni conveniente, ya que lo único que ocasiona con ello es “calificar” a un centro de "tal" y a otro de "cual", además de potenciar la competitividad entre centros, y también entre alumnos. Pero, como se dice en la futura ley,  la educación pasa de formar a futuros ciudadanos y ciudadanas, preparados para la sociedad en la que se van a desenvolver a preparar ciudadanos para el mercado laboral, como fin único, olvidando todo lo demás. 

No debemos dejar pasar por alto el efecto negativo de la LOMCE que influye cada vez más a la educación y con ello a las personas que se encuentran dentro de este sector, debido a la cantidad de recortes que se están realizando dentro de ella: recortes en las becas, en las plantillas del profesorado, en los recursos destinados a los centros, etc.  

Así pues como conclusión, esta ley nos parece una excusa para a depurar el sistema educativo de aquellos que no aprobaron una prueba de acceso para proseguir con sus estudios por cualquier motivo. Y a pesar de que la educación española esté colapsada puesto que cada año se gradúan más de seiscientos maestros y se ofrecen “veinte” plazas cada cinco años; a pesar de que este problema se dé en España, la solución no creo que sea quitar el derecho a unos estudios mediante trampas desde la ESO con pruebas de nivel a la edad en la que aun, la mayoría de alumnos no se proyectan ciertamente en su futuro. 

Es por ello que debemos luchar por una de las cosas más importantes existentes en la sociedad como es la educación, la cual está siendo infravalorada totalmente por la ley LOMCE.

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